Testimonio personal:

Alabo al Señor porque Su sabiduría es realmente maravillosa! Dejar de hablar de las cosas malas que hacian otras personas en mi vida me ha dado una vida más tranquila y agradable mentalmente, ya no puedo soportar estar pensando en lo negativo, amo la paz que tengo de pensar en que mi Amado se encarga de toda persona y situación mientras me abstengo de quejarme y murmurar, ellos son Su problema y Su obra, El sabe mejor que yo lo que necesitan cambiar, así que se lo entrego a Él y dejo de hablar mal de ellos con mi familia, de esa forma los bendigo en lugar de destruirlos. He aprendido que aunque las personas no escuchen lo que uno habla a sus espaldas, como sea nuestras palabras tienen poder y van a hacer lo que sea que digamos, por lo tanto debemos cuidar muy bien lo que decimos. 

Puedo dar testimonio de como las palabras destruyen a las personas de quienes hablamos mal. Lo vi suceder con un matrimonio cercano, la esposa siempre uso palabras duras y ofensivas para describir a su esposo, hablaba de sus debilidades con su familia y amigos, buscando la manera de “arreglarlo” pero esas palabras y quejas solamente lo destruyeron mas y mas hasta que finalmente el termino siendo todo lo que ella dijo que era. Si ella hubiera dedicado ese tiempo para orar por el y edificarlo seguramente hubiera construido el hombre que Dios y ella querían que fuera, pero lamentablemente lo destruyo al punto en que el simplemente perdió las ganas de vivir y enfermó hasta morir. Ese testimonio vivo me dejo el ejemplo para no cometer ese mismo error, no quiero hacer eso por lo que procuro no hablar mal o quejarme de mi esposo u otras personas, aunque confieso que muchas veces fallo (aun estoy en proceso) procuro dejarle el asunto a Dios, he visto como las oraciones sanan mucho mas nuestras relaciones que cualquier palabra que podamos decirles a ellos u a otros buscando soluciones para "arreglarlos" cuando el unico que puede cambiarlos es Dios.

Confieso queridas damas mi debilidad ante el chisme. Aunque ya no hablo de las cosas que pasan en mi casa, se que fallo al escuchar lo que otros me dicen de las cosas que pasan en sus casas, a veces me siento irrespetuosa si los callo porque al oirlos mi Espiritu me alerta, pero no se como deterlos por temor a hacerles sentir mal y porque esto especilamente me ocurre con personas en autoridad sobre mi. Creo que la forma es simplemente apartarme del mal y hacer algo bueno como dice 1 de Pedro. Muchas veces ese "apartarme del mal" puede ser algo en mi corazón negandome a escuchar, puedes parecer que escuchas pero piensas en otra cosa para no guardar esas cosas negativas en tu mente, eso me recuerda que fue algo que hice cuando mi espos me traia "malas noticias" al principio del viaje de restauración y elegia no oir pero orar en mi corazón.

¡La palabra de Dios es verdad! Cuando mis palabras fueron duras, llenas de juicio y menosprecio, y mi comportamiento contencioso desafié la autoridad de mi esposo, el nunca fue violento antes de aquel día, pero debido a mi “necedad que llamaba a los golpes” pude ver en él el deseo de golpearme, a lo que sabiamente se abstuvo y se fue corriendo. Tiempo después mi Amado me revelé esta verdad que cambié mi manera de ver las cosas y abrió mis ojos a lo que mis palabras y necedad pueden hacer. Siempre se culpa a quien golpea pero se ignora el comportamiento de aquellos que incitan a otros a los golpes, tanto lo uno como lo otro es pecado y está mal. 

Recuerdo que de niña solia tener peleas con mi hermana, porque yo queria algo y ella otra cosa, nuevamente, Su palabra es VERDAD, la ambición egoísta nos conduce a pelear!! El asunto es que mi padre terrenal, que en paz descanse, nos apartó un día a las dos y nos dijo que solo eramos ella y yo, solo eramos dos hermanas y que debiamos cuidarnos la una a la otra, no pelear, que miraramos su ejemplo con su hermano y como ellos siempre se cuidaban y no peleaban, (lo cual era y fue totalmente cierto), ellos nunca pelearon, siempre se respetaron y cuidaron uno al otro, asi que nos animó (no solo con sus palabras sino con su ejemplo) y desde ahi nos hicimos mejores amigas, siempre tratándonos con mucho amor, puedo decir que en cierta manera mi relación con ella ha ayudado mucho en mi forma de ver y tratar a mi esposo terrenal, porque me dió la base del amor sincero e inondicional y por eso me era evidente las areas en las que neceistaba orar para que el Señor me cambiara.

Con frecuencia como jovenes, sentimos verguenza de confesar los pecados que cometemos, o a veces los vemos como algo de lo que reirse, pero si crees que has pecado y deseas confesarte es un buen sintoma, asi que pidele al Señor que te muestre una mujer mayor, una mujer que sea piadosa y justa, para que confieses tu pecado, puedes encontrar una aqui en nuestro sitio web 🙂 Me encanto leer: "Y si tropiezas, continúa confesándote con esta mujer mayor y clama a Dios para que te libre de este pecado (o de cualquier otro pecado que te mantenga cautivo). Y no dejes que la culpa, que viene del enemigo para desanimarte, te deprima, “Porque el justo cae siete veces, y vuelve a levantarse” (Proverbios 24:16)."

Que alentador es saber que no tenemos que vivir condenadas, solo debes persistir, confesar una y otra vez el pecado, reconocerlo, arrepentirte y continuar intentando, un dia pasaremos la prueba y avanzaremos hasta alcanzar la madurez. No te rindas, ora y confia en tu Prometido para cambairte El es fiel, solo buscalo a EL.